7 de noviembre de 2011

THE UNADULTERATED CAT




THE UNADULTERATED CAT

Terry Pratchett, con ilustraciones de Gary Jolliffe

Ed. Orion Publishing Books




Cuando tenía 15 años, en el rebusque de la Gandhi llegó a mis manos un ejemplar de Mort, una novela de Terry Pratchett de la saga Mundodisco. Desde entonces él se convirtió en mi autor favorito porque sus libros nunca dejan de divertirme y sé que cualquiera de sus escritos jamás me decepcionará. Poco a poco he ido comprando algunos de sus libros aunque aquí en México es poco más que imposible poder conseguirlos por falta de distribución.

Mort se convirtió en mi libro favorito durante 16 años, hasta que hace un mes llegó a mis manos The Unadulterated Cat y ocupó su lugar. Tiene todo lo que me gusta: el sentido del humor de Pratchett y gatos. Muchos. Todo sobre los gatos.

The Unadulterated Cat es una campaña que busca reivindicar a los Gatos Reales. Para Pratchett, un Gato Real es aquél felino no completamente doméstico que aún conserva muchos rasgos de la vida salvaje no sólo en actitud, sino también en su apariencia física. Por ejemplo, uno puede reconocer a un Gato Real porque tiene un aspecto desliñado, garras afiladas, orejas mochas o con marcas visibles como de un boleto viejo de autobús, luce como si acabara de salir de una pelea en un bar, nunca usan moños, o collares con cascabel, ni aparecen en las tarjetas de navidad. No son pagados de si mismos ni neuróticos; en realidad son las dos cosas. No creen ser mascotas de nadie porque, desde su perspectiva, los humanos son seres que simplemente están ahí, como parte del mobiliario urbano, que a veces resultan útiles para abrir latas de comida y puertas de refrigeradores, pero generalmente los gatos procuran llevar una existencia pacífica con la mínima interferencia de las personas.

Después vienen diversos aspectos de la convivencia humano-gatuna comenzando desde la adquisición de la mascota. Aunque en este punto, cabe aclarar que un Gato Real jamás se deja adoptar ya que es él quien determina con qué humano le conviene más convivir e incluso si desea tener más de un “dueño”.



Pratchett da algunos consejos para todos aquellos nuevos poseedores de un gato y ayudarlos a lidiar con estas peludas criaturas comenzando desde los 11 tipos diferentes de gatos que existen (claro, según Pratchett), la elección de un nombre, las enfermedades y su tratamiento (¡es buenísima esta parte del libro, me reí como loca!), su alimentación y, por supuesto, la disciplina del animal. El autor parte de la premisa de que a ningún Gato Real se le puede enseñar absolutamente nada. Quizá tengamos la ingenua creencia de que nuestra mascota llega puntualmente todas las noches a determinada hora a cenar, pero eso es porque entendemos mal las cosas; desde el punto de vista del gato, somos nosotros quienes a esa hora abrimos una lata de comida para alimentarlo.



Después pasa al tema de los juegos que le gustan a los gatos como el Ajedrez Gatuno, que consiste en encontrar un lugar estratégico (una esquina, un techo, etc.) y dedicarse a observar a otros gatos al tiempo que se mueve lentamente; el Cemento Mojado, que consiste en pisar pequeños charcos y dejar las huellitas en las alfombras y pisos de la casa; el Lado Equivocado, que consiste en estar siempre del lado incorrecto de la puerta (si está afuera, quiere salir y viceversa) y finalmente, su juego favorito, Ser Un Gato Bien Portado, que consiste en causar desconcierto en su dueño debido a ese supuesto buen comportamiento.

Pratchett también sostiene la teoría de que todos los gatos son, de alguna manera, descendientes del Gato de Schroedinger. Todos conocemos el experimento de Erwin Schroedinger acerca del gato en una caja encerrado con una botella de gas venenoso que puede liberarse y matar al felino; así que, mientras la caja no se abra, el gato se encuentra vivo y muerto al mismo tiempo. De alguna manera, como efecto secundario, dicho experimento modificó la genética de TODOS los gatos que desde entonces parecen vivir en un universo paralelo viajando en su propio tiempo y espacio. Así que no debe sorprendernos si de pronto pasan varios días sin que veamos a nuestra mascota y repentinamente aparezca en el lugar más inapropiado, o si encerramos al gato en una transportadora, jaula, caja o lo que sea en que lo llevemos al veterinario y al llegar al consultorio, el gato haya desaparecido.



El libro continúa con los hábitos y rutinas que un Gato Real desarrolla a lo largo de su vida. El problema viene cuando la familia decide mudarse y llevar al felino con él. Por lo general los gatos no oponen resistencia para subir al automóvil, pero en algún punto del trayecto del viaje, logran escapar. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, los gatos se sienten más unidos a los lugares donde durante años encontraron escondites perfectos, lugares especiales para dormir o para tomar el sol, lugares donde guardan sus tesoros. En fin, para ellos es más fácil adaptarse a nuevos inquilinos humanos, que buscar nuevamente rutas de escape y buenos lugares de descanso. A final de cuentas, los humanos sólo son meros accidentes en la existencia de un gato.



Los capítulos finales tratan sobre la convivencia de los gatos con otros animales y con niños. También viene un capítulo hipotético acerca de lo que posiblemente habría sucedido si desde el inicio de los tiempos (suponiendo que todos los perros hubieran desaparecido por un meteorito que se estrellara en el planeta) se hubiera domesticado a los gatos. Es un capítulo divertidísimo porque en realidad es una parodia acerca de los perros.

En fin, es el mejor libro que he leído en mi vida y el que todo amante de los gatos debería leer.

No hay comentarios.: